Francisco Maturana
«Todavía no es un Picasso, pero tiene los colores»
Legendario y emblemático, así lo recuerdan a él y a sus resultados, esos que marcaron la historia del fútbol colombiano al alcanzar la clasificación de dos mundiales, el de 1990 y 1994.
Un espíritu de liderazgo que formó desde que era jugador, en Atlético Nacional, Atlético Bucaramanga y Deportes Tolima destacándose en seis partidos internacionales en las eliminatorias del mundial de 1982 y poco después debutó como técnico del Once Caldas, clasificando a la ronda final del campeonato nacional.
Ese sería el inicio de grandes logros; sus años dirigiendo selecciones de fútbol, nacionales y algunas internacionales como la Selección de Ecuador, de Perú y Costa Rica dejaron aciertos y lecciones que moldearon el carácter de este profesional apasionado por el fútbol.
Ahora dedica su tiempo a dar conferencias.